GUERRA CIVIL ESPANOLA (1936 – 1939)

 

La inauguración tendrá lugar el día
2 de febrero del 2000 a las 17:00 h. en la

Galería de fotografía Profil,
Prepoštská 4,
Bratislava

La exposición estará hasta el día 29 de febrero del 2000.
Abierto diariamente (excepto lunes) desde las 13:00 hasta las 18:00 h.

 

 

Kati Horna constituye junto con Robert Capa, Gerda Taro, Davis Seymour, Hans Namuth, Agustin Centelles, Serrano o Alfonso, uno de los importantes fotógrafos que tomaron instantáneas de la Espana de la Guerra Civil.

Sin embargo, el hecho de que Kati Horna - que realizó multitud de fotografías, primero para el Comité de Propaganda Exterior de la Central Nacional de Trabajadores y posteriormente para algunas publicaciones libertarias como Tierra y Libertad o Mujeres Libres - sea menos conocida se debe a dos circunstancias.

Primero, las fotos de Horna quedaron fuera de los circuitos internacionales de distribución, pues no colaboró, como fue el caso de Capa, por ejemplo, con los organismos de la propaganda exterior republicana ni trabajó para las grandes publicaciones ilustradas de dimensión internacional que dieron fama a los Ilamados "fotógrafos de la guerra de Espana".

En segundo lugar, Kati Horna no pretendió nunca vender sus fotografías. Se consideró siempre una obrera del arte, vinculada en la Guerra de Espana por afinidad ideológica, una artista que buscó únicamente completa libertad para fotografiar lo que quisiera.

Fue precisamente este desconocimiento de la fotógrafa (húngara) nacida en 1912 lo que Ilevó a las autoridades espanolas del Ministerio de Cultura a adquirir las fotografías de Kati Horna y custodiarlas en la sección Guerra Civil del Archivo Histórico Nacional.

Las fotos de la exposición corresponden principalmente a su etapa como reportera gráfica de las revistas antes mencionadas, y consiguió sacarlas de Espana en una pequena caja de hojalata a la finalización del conflicto. Esta cajita viajó primero a Francia y en octubre de 1939 a México, donde ha residido desde entonces la autora.

Con la vuelta a la democracia en Espana, Kati Horna ofreció su pequeno archivo al Ministerio de Cultura que lo adquirió en 1979. El archivo se compone de 270 negativos y su recuperación forma parte del esfuerzo de las autoridades culturales espanolas por ampliar la documentación fotográfica de importantes acontecimientos de la vida nacional.

En una carta dirigida en 1983 al Director General de Bellas Artes y Archivos de Espana, Kati Horna explicaba que realizó su trabajo durante la guerra de Espana como reportera gráfica para instituciones y organismos defensores de la República Espanola y como colaboradora de publicaciones anarquistas y libertarias consiguiendo salvar una parte de sus negativos, 250, especialmente testimonios de la vida de la población civil durante la contienda.

Esta carta expone claves significativas de las fotografías de la autora y en especial su intento de comunicar al mundo entero la situación de unas personas que estaban sufriendo una tragedia bélica. Recorrió durante 1937 buena parte de la región de Aragón en sus diferentes frentes, Valencia, Madrid, Barcelona y Lérida. Su mirada se fijó a menudo en modo particular en los diferentes pueblos que unían puntos estratégicos de la Espana republicana. Ello le permitió recoger la vida diaria de sus habitantes. Otras veces, obligada por las necesidades de su trabajo, también reflejó a los dirigentes y artistas.

En cualquier caso, en la mayoría de las ocasiones sus retratos no son tomados en situaciones donde pueda robarse una imagen, sino bajo un mutuo acuerdo de complicidad que traspasa los límites de la documentación para transmitir un mensaje diferente, que no pretende la neutralidad, sino que defiende una postura política.

AI igual que con los retratos de sus personajes, los retratos de la gente común nos demuestran la subjetividad de la fotógrafa y directamente la de la fotografía, pues solamente cuando las observamos con relación al tiempo y lugar en que fueron realizadas se les anade un nuevo componente relacionado con el conflicto bélico y sus consecuencias. No faltan las escenas de primera línea de combate, donde sus composiciones aparecen perfectamente equilibradas y su realización ha necesitado la confianza y la colaboración de sus protagonistas.

Así pues, es importante tener en cuenta estas circunstancias, que expresan el compromiso personal frente a los acontecimientos que fotografió. Y este compromiso se planteó también sobre niveles estéticos. Sus composiciones y encuadres, la elección del momento y su posterior utilización denotan esta unión entre el campromiso de la persona y el compromiso del artista. Por todo ello las fotografías realizadas por esta joven, que entonces contaba con 24 anos, junto con las realizadas por otros autores, constituyen un eslabón muy importante en la evolución de los medios de comunicación y consagran definitivamente la imagen de los que serán Ilamados a partir de entonces „fotógrafos de guerra".

Nos atrevemos a afirmar que estas fotografías, junto con los diversos documentos fílmicos de la época, constituyen el testimonio más importante sobre el conflicto espanol para todos los países en donde con un gran interés o incluso pasión siguieron esos acontecimientos...
Que esta exposición sirva al reconocimiento de la importante labor de Kati Horna y para entender cómo y por qué queremos contar esa historia.

Josep Vicent Monzó

 

 

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